viernes, 20 de abril de 2012

INVIERNO EN ECONOMIA / Pachano, Abelardo

El mundo está atravesando por algunos problemas que determinan un intrincado sistema de repercusiones múltiples de variada magnitud. Energía, alimentos, bienes raíces, sistema financiero y gasto público se han combinado de una forma tal que están chocando de diversa manera y con distinta intensidad en las disímiles economías tanto desarrolladas como emergentes. Ya no hay una segmentación de beneficiarias y perjudicadas que siga la conocida estructura histórica,en la cual por lo general los países del hemisferio norte casi siempre tenían mecanismos de defensa que los inmunizaba de los daños y transmitía sus efectos a los del otro hemisferio. Ahora, comparten los beneficios algunos del sur con pocos del norte. Incluso regiones como África tienen frente a sí una oportunidad de conseguir amplios y sostenidos beneficios como nunca antes lo habían visto. Sin embargo, al interior de cada país,beneficiado o con problemas la distribución de la riqueza o de los costos no es proporcional o equitativa. Así lo sienten los ecuatorianos a pesar de la abundancia de recursos que recibe y tiene el Gobierno como producto de la enorme afluencia de dólares provenientes de la exportación petrolera. Solo miremos cómo el presupuesto ajustado con la eliminación de los fondos petroleros ya representa el 34 por ciento del PIB, porcentaje récord en la historia nacional. El Ecuador es precisamente uno de los ganadores en la nueva confluencia de precios de los bienes que se transan en los mercados internacionales, pero el 46 por ciento de la población nacional siente que su situación económica es peor que hace un año y sustentan su apreciación en la pérdida de los dos pilares de la política económica: estabilidad de ingresos y empleo. El Comercio, 18 Abr. 2008,p. 4

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