sábado, 16 de junio de 2012

MANTENER EL CURSO / Krugman, Paul

El debate sobre la política económica ha dado un giro predecible aunque ominoso: la crisis parece estar aminorando, y un grupo de críticos ya está exigiendo que la Reserva Federal y el gobierno de Obama abandonen sus esfuerzos de rescates. Para quienes saben de historia, es un déjà vu otra vez, literalmente. Ya que esta es la tercera vez en la historia que una economía grande se ha encontrado en una trampa de liquidez, una situación en la que han llegado a su límite las reducciones en las tasas de interés, la forma convencional de estimular a la economía. Cuando esto sucede, las medidas no convencionales son la única forma de combatir una recesión. No obstante, dichas medidas no convencionales molestan a quienes tienen una mentalidad convencional, y siguen presionando para retornar a la normalidad. En episodios de trampas de liquidez anteriores, los formuladores de las políticas cedieron ante estas presiones demasiado pronto, hundiendo a la economía de nuevo en la crisis. Y si los críticos se salen con la suya, haremos lo mismo esta vez. Para resumir: hace unos cuantos meses la economía estadounidense estaba en peligro de caer en una depresión. Una política monetaria agresiva y un gasto deficitario han, por el momento, evitado ese peligro. Y, de pronto, los críticos están exigiendo que demos por terminado todo el asunto, y volvamos a la normalidad. Se debería hacer caso omiso de esas exigencias. Es demasiado pronto para abandonar las políticas que, cuando mucho, nos han alejado unas pulgadas del borde del abismo. El Universo, 22 jun. 2009, p. 7

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