viernes, 15 de junio de 2012

EL PRECIO DE LA INACCIÓN / Bradford, J

¿Los gobiernos del orbe son capaces de sacar a la economía mundial de una depresión profunda y prolongada? Hace tres meses, habría dicho que sí, sin ninguna duda. Ahora, no estoy tan seguro. El problema no es que los gobiernos duden sobre qué hacer. La lista estándar de cosas que hay que hacer en una crisis financiera para evitar una depresión profunda y prolongada se ha venido elaborando gradualmente durante dos siglos: por el gobernador del Banco de Inglaterra Cornelius Buller en 1825; por el editor de The Economist en la era victoriana, Walter Bagehot; y por los economistas Irving Fisher, Johan Maynard Keynes, Milton Friedman, entre muchos otros. Hace tres meses, dije que todos, excepto un pequeño y desequilibrado grupo de economistas, aprueban las operaciones expansionarias de mercado abierto para mantener constante el gasto nominal total en una crisis, y tenía razón. También tenía razón cuando dije que todos, excepto un pequeño y desequilibrado grupo de economistas, aprueban las garantías del banco central de una estabilidad del sistema, para impedir que el riesgo de un colapso del método de pagos se vuelva una consideración de primer orden que impulse la demanda de efectivo a niveles innaturales. Expreso, 5 mayo. 2009, p. 5

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