sábado, 16 de junio de 2012

Y AHORA: ¡AHORRAR! / Quevedo, Patricio

No sé si habrán notado cuán insatisfactorias y endebles eran las razones que día tras día se mencionaban para explicar la vertiginosa subida de los precios internacionales del petróleo "crudo" durante 21 meses, hasta que llegó a niveles nunca vistos. Todas esas razones se basaban sobre aquel juego de azar de dimensiones planetarias, que se llama la especulación de los mercados, hecha posible gracias a la "globalización" y también a los prodigios de la "informática". Hasta que el último trimestre de 2008, la frágil burbuja ya no soportó más presión, estalló y arrastró el derrumbe de los precios, que nos ha golpeado con singular rudeza sobre todo en las exportaciones, el creciente desempleo y el recorte de algunas iniciativas de desarrollo. Pero claro, el reciente colapso obliga para que se extraigan lecciones. Dicho más directamente ¡que no se vuelvan a cometer los mismos errores de cuando los meses de la abundancia. Y por coincidencia esta receta se concreta en tres verbos que resultan claves: ¡Diversificar, ahorrar y promover el empleo. Diversificar: en efecto sería temerario seguir confiando la suerte del país -los más pobres, sobre todo- a exportaciones de bienes primarios a pocos mercados, en cuyos precios no tenemos la más mínima influencia. Ahorrar: para disponer de recursos, urge ahorrar hacia la época de escasez. Es evidente que los pueblos menos golpeados por la crisis, como el chileno, han sido los que han ahorrado, sin incurrir en desperdicios como la reciente elección de parlamentarios andinos. Promover el empleo: mediante el desempeño eficaz de todos los requisitos para un clima de fomento, particularmente el premio de todas las empresas que ofrezcan muchos puestos de trabajo; la necesaria seguridad jurídica y el continuo progreso del sistema educativo y la tecnología apropiada. De no, solo habrá una tregua, antes de un derrumbe más catastrófico. El Comercio, 24 jun. 2009, p. 10

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