jueves, 31 de mayo de 2012

DECISIÓN SOBERANA / Expreso

El pueblo ha pronunciado su veredicto en las urnas y aprobó la nueva Constitución, luego de una ardua campaña, en la cual han abundado los denuestos y las amenazas, que no han contribuido a la unión del país, como debe ser en el recto sentido democrático, sino que más bien han dividido al pueblo en forma gravosa y peligrosa. El texto de la nueva Constitución contiene numerosas y profundas reformas, se habla por ello desde las esferas oficiales del "cambio de época" en que se pretende dar una nueva orientación a la política, partiendo de la reestructura del Estado, que reemplace al anterior, considerado obsoleto.Esas reformas crearán sin duda resistencias; las que se expresaron en la campaña por el No y que traducen el anhelo de un sector muy respetable del pueblo ecuatoriano, que tiene derecho a ser escuchado. Por ello, si se quiere que se realicen las reformas en paz y tranquilidad, el Ejecutivo,constituido por la fuerza de las circunstancias en el único poder del Estado, debe marcar el ritmo de la voluntad popular, requieren de habilidad, serenidad y comprensión para aplicarlas. Y allí quizá radica una de las principales reformas en lo que se refiere al estilo de gobierno. Con la nueva Constitución respaldada por la mayoría popular,entramos a la etapa de las realizaciones, que es preciso llevarlas a cabo en forma democrática y participativa, tanto más que de inmediato entramos a una nueva campaña electoral para elegir Presidente de la República y representantes seccionales. Expreso, 29 sep. 2008, p. 4

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